En el tercer trimestre de 2008 las empresas que más rentaron fueron la minera cuprífera privada La Escondida, con $ 2.393.982 millones de pesos (-18 % en relación al mismo período en el 2007); la estatal Codelco, con $ 2.139.083 (-27,7 %); Copec de propiedad del Grupo Angelini, con $ 373.378 millones de pesos (-10,3 %); Enersis, con $ 339.245 millones de pesos (+160,8 %); Endesa, con $ 296.738 millones de pesos (+120,3 %); Grupo Santander, con $ 269.067 millones de pesos (+176,1 %);
el Banco de Chile del Grupo Luksic, con $ 215.251 millones de pesos; Quiñenco del Grupo Luksic de propiedades financieras, telecomunicaciones y alimentos, con $ 214.080 millones de pesos (+149,1 %); SQM asociada a la producción y exportación de yodo y litio, con $ 210.088 millones de pesos (+181,4 %); y CMPC ligada a la producción de celulosa, con $ 149.387 millones de pesos (-28,4 %). Al calor de los datos, las corporaciones más dañadas por la crisis mundial son la industria del cobre y la madera, y los más beneficiados son los gigantes de la banca privada y los productores de energía, debido a una legislación facilitadota de la inversión privada transnacional, los grandes recursos de agua para producción de electricidad que tiene Chile, y la mano de obra barata. Asimismo, la alta demanda mundial de yodo y litio premia a la burguesía relacionada a esa explotación. Sin duda, la decisión sobreideologizada del gobierno de no aprovechar la bonanza transitoria de los precios del cobre en inversión industrial productiva, desarrollo estratégico y mejoramiento y ampliación de los servicios sociales, como la salud, la educación y la previsión social (todos en crisis) les pasa y les pasará la cuenta política e histórica a ojos del conjunto social.